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Alavaro Benavides





Alvaro Benavides, radicado en Buenos Aires, Argentina, desde hace un año, busca incansablemente el logro de sus sueños, vivir del arte, e influir en el mundo con sus obras.


Por DeEnoc



Artista visual de 24 años, oriundo de Santiago, actualmente radicado en Buenos Aires, busca la consecución de sus metas en el arte.

Después de cuatro años estudiando Historia del Arte, deja los estudios por dificultades económicas.”…mi principal interés siempre fue la creación, pero esos años de estudio me sirvieron para tener más herramientas a la hora de juzgar mi trabajo y el de otros, además de muchas otras cosas”. “…en cada obra intento usar todo el aprendizaje teórico que recibí, que fue bastante.

El año 2013, expone sus obras en la Biblioteca de Santiago, y más adelante, el mismo año, en el Centro El Ágora. Esta seguidilla de eventos afortunados para su carrera, continúa vertiginosamente, “al año siguiente, sin llevar 2 meses en Buenos Aires, expuse en el bar cultural La Barbarie, de la Universidad de Buenos Aires (UBA)”.

En un plano un poco más íntimo, Alvaro nos cuenta  cómo llegó a Buenos Aires: “…se presentó la oportunidad. Mi novia me preguntó si quisiera ir con ella (ella quería estudiar cine), y yo pensé que la escena cultural de Buenos Aires podía ser positiva para mi carrera artística” Así es como el artista se encamina hacia el país vecino, en un nuevo giro a sus ya numerosas aventuras.

Si bien se necesita voluntad para lanzarse a estos desafíos, no es lo único que ha necesitado el artista para sobrellevar su aventura: He hecho todo tipo de trabajos relacionados a las artes visuales: storyboards,  diseños de tatuajes, comics, portadas de libros, graffittis, cuadros, stencils, carteles publicitarios, diseños de personajes para juegos, marcapáginas, retratos, anuarios, posters para conciertos y hasta para almacenes. Además, he subastado obras hechas durante conciertos en el bar Thelonius y en Le Fournil; Hice clases de dibujo en mi colegio y a conocidos; actué en un cortometraje sobre un dibujante obsesivo-compulsivo (o sea, actué de mí mismo); toqué un concierto tributo a Nirvana en la noche de mi primera exposición en Buenos Aires; he tenido la posibilidad de organizar ciclos de cine y jams de dibujo, etc”. 

“Pero no ha sido nada fácil. También he tenido que trabajar en todos esos trabajos que te hacen odiar la vida. Que te hacen sentir no sólo que estás perdiendo tu tiempo, sino el de todos. Botones, encuestador, cajero, etc. Pero en todos ellos dibujaba apenas tenía un respiro.”

En cuanto el artista llegó a Argentina, nos cuenta, se inscribió en la Universidad Nacional de Arte (UNA) para poder recibir la parte práctica del aprendizaje artístico, que aún no tenía, y generar contactos en el país al que recién llegaba.

Como es sabido, la vida del artista es compleja, y es así como las dificultades afectaron nuevamente a Alvaro Benavides, quien tuvo que dejar los estudios. “Al cabo de 4 meses y medio, me vi en muy serias dificultades económicas y dejé los estudios en pausa para intentar trabajar full time”.

“Definitivamente hay una cuota de culpa en los problemas económicos que he vivido, porque con los ojos bien abiertos decidí, siendo un latinoamericano de clase media, perseguir una carrera artística, y más adelante decidí emigrar de mi país de origen con la misma idea en mente. Nunca he dejado de tener esa meta, ganarme la vida con mis creaciones, y, si se puede, intentar influir en el mundo para bien con mis obras.

“Mis sueños son algún día tener al menos un centro cultural con una infraestructura que dé muchas posibilidades a su comunidad. También me gustaría en algún futuro crear una editorial que publique a mentes creadoras nuevas de distintas artes, y que así influya en la sociedad. Y por supuesto, publicar todas las historias que tengo en el cajón de obras no publicadas o en proceso. En distintos formatos cada una: cómics, novelas, series de TV, películas.

Fuera de eso mis sueños son los usuales, creo. Recorrer la ruta de la seda, conocer y quizá trabajar en algún proyecto con los artistas que admiro, poner una hamaca en el patio, usar una camisa que haya sido planchada, etc”. 

Alvaro Benavides, artista visual y aventurero, no deja de soñar, y de avanzar a la vez que sigue empujando al destino hacia la conclusión de sus sueños.



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